sábado, 24 de noviembre de 2012

Es un tren que no para en ninguna estación, somos vagones.
Vos atrás mío, yo atrás de el, y el atrás de otra, y así. 
No me quiero dar vuelta porque ya sé lo que tengo atrás mío, pero tampoco quiero seguir atrás.
No sé que hacer, ni qué pensar, ni qué sentir, no sé nada básicamente. Aunque sé muchísimas cosas más.
Basta, me encantás, aunque diga que no voy a esperarte, sé que soy capaz de seguir en este vagón atrás tuyo por mucho tiempo más. No puedo sacarte de mi mente.

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