¿De dónde viene? ¿Esta búsqueda, esta necesidad de resolver los misterios de la vida cuando no se pueden responder las preguntas más simples? ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué es el alma? ¿Por qué soñamos? Quizás sería mejor no preguntarse nada. No hurgar, no anhelar. Ésa no es la naturaleza humana. Así no es el corazón humano. No es la razón por la que estamos aquí.
Esta búsqueda, esta necesidad de resolver los misterios de la vida. Al final, ¿qué importa si el corazón humano sólo puede hallar significado en los momentos más pequeños? Están aquí entre nosotros. En las tinieblas, en la luz. En todos lados.
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